Por Leonardo Sánchez
En algunos casos la literatura refuerza la moral, en los mejores casos la literatura se olvida de ella. Una novela ayuda a acercarse a algún contexto, es aquella en la cual se refleja la cultura de la sociedad. La literatura latinoamericana refleja la doble moral, intensidad y hasta cierto punto el estado de pasividad que vive la sociedad desde el siglo pasado. En 100 años de soledad encontramos todas las aberraciones Morales que Ursula, la abuela, reprueba; las situaciones de incesto y las locuras de los Buendía son repetidas a lo largo de las generaciones, Ursula siente vergüenza por todo lo que pasa en su familia y uno creería que es ella la principal defensora de la moral (es importante recordar que ella cometió incesto para dar inicio a esta dinastía). Sin embargo es Fernanda del Carpio la fanática religiosa en esta historia. García Márquez nos la pinta como una mujer muy arraigada a los principios morales, una fanática religiosa. Fernanda se casó con Aureliano segundo, sin embargo él la engañaba con Petra Cotes, algo que a ella después de un rato ya no le importó y es que aveces tantos son los santos que uno no sabe a cuál rezarle
En el caso de la tía Nela, es la típica abuela, tía o vecina poblana. En estas señoras el nivel de fanatismo es tanto que rechazan a todo lo que no vaya con sus construcciones. Varias señoras rechazan a gente que, aunque crea en su mismo Dios, no es de su religión. La tía Nela rechaza a su sobrino Efrén por sus actos homosexuales. En el catecismo se enseña que debes amar y temer a Dios, que rechaces todo lo que ponga en duda tu fé, que delante de los ojos de Dios todos somos iguales, pero no que todos somos distintos y eso implica que a algunos les guste la salsa roja antes de la verde o que a algunos les guste un hombre antes que una mujer. La moral es peligrosa, encierra. Nela jamás quiso ver con otros ojos, ni siquiera sabía que lo podía hacer, pero ¿si Nela tuviera otros ideales, de verdad este relato tendría argumento?
La moral es necesaria, sin ella la literatura no tendría impacto y muy pocas cosas nos asombrarían. Al romper tabúes todo se vuelve cotidiano y normal, no hay nada sorprendente y al mismo tiempo nada nuevo. El sistema que hizo a estas dos personajes, Nela y Fernanda, fanáticas es el mismo que nos provee situaciones de desesperación y tristeza que abundan en estas dos fantásticas historias. La moral es una construcción social y el drama necesita de la moral para ser drama. Lo dramático es aquello que nos hace sentir y la modernidad nos está haciendo insensibles. Los homosexuales necesitan ser aceptados, es necesario borrar las diferencias y al mismo tiempo es necesario aferrarnos a la moral o de plano modificarla. Si llega un momento en el que los humanos no sientan y no expresen lo que sienten, ¿qué es lo que hará a uno humano? ¿Cuál sería la emoción de las cosas? Los ojos de la tía Nela, de Fernanda del Carpio y de Ursula son algunos de los ojos con los cuales he sentido empatía y me han brindado más emociones que las 5 reacciones que nos da Facebook, que es un agente de esta modernidad. Me preocupa el rumbo en el que van las humanidades con esto de la postmodernidad y me preocupa llegar al punto donde la gente pierda la capacidad de sentir.
Muy interesante el acercamiento que haces entre discursos, o mejor dicho, universos literarios diferentes desde este concepto llamado Moral; la redacción es adecuada y la estructura coherente. Te felicito por esta aproximación.
ResponderEliminarLeo tu texto es muy bueno, tu redacción es impecable y tu tema es para desarrollarse a profundidad pero con este breve pero conciso escrito que nos presentas es por ahora más que suficiente. Bien!
ResponderEliminarTu forma de redacción es muy buena, con un tema de importancia como mencionaste para los dramas literarios que son parte de los generadores de emociones para el lector.
ResponderEliminar